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Ya estoy en Panamá hace seis días y recuerdo como, tantas noches he escrito con estos dos durmiendo cerca. No en el frío, no en el sol como en la foto sino en casa,  la princesa en su cama rodeada de hadas, mariposas, y libros y el grande en el sofá esperando a que terminara esas letras que unos días a trancas y otros días sin esfuerzo he ido enviando al aire e imaginando que eran avioncitos de papel que alguna persona recogía y leía.

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Algunas madrugadas, he tocado el brazo de mi bello durmiente y le he preguntado: ¿quieres leerlo antes de mandarlo? y nunca se ha formado un NO, todo lo contrario,regresando desde las brumas de los sueños, con paciencia infinita me ha escuchado e incluso alguna vez me ha sugerido que debía volver a escribir todo porque simplemente no se entendía…y tenía razón. Quien le conoce sabe como escribe, y es mas que bien.

En estos días he sentido al compañero, el que te empuja cuando estas cansada. El que te acompaña aunque no este de acuerdo. Y también he sentido el amor . Y la fuerza de tirar en los momentos en que no creía ni en mi misma, a veces con risa y a veces con enfado.

No limpies, escribe…no te levantes, descansa. Yo saco a las perras y tu escribe. Te voy a buscar y así no tardas tanto en el metro y te da tiempo a escribir….muchos días, casi dos meses…., es una prueba de resistencia y de cariño.

Gracias por acompañarme estos 50 días…. no planeo el futuro, no se que nos depara el Destino, solo sé, que deseo con todo mi corazón que nuestro viaje juntos dure muchísimo tiempo.