día 47

Ayer realicé la Gala de los premios Feroz. Fue todo un éxito, pero no quería hablaros de eso, sino contaros que cuando vi el guión los días anteriores y me enteré que Gonzalo Suárez el director de cine sería un entregador, precisamente del premio de honor que se otorgó a Jose Sacristán, pensé que esta vez no se me escaparía, había coincidido con él en otras galas de cine pero nunca fui a verle y deseaba saludarle.

Hace 20 años fui a Sevilla a trabajar en la Exposición Universal. La mitad de los profesionales del espectáculo estaban en las Olimpiadas y el resto en la capital andaluza. Tenía contrato para  8 meses y  como  nada me ataba en Madrid decidí quedarme a vivir en esa preciosa ciudad. No fui la única. Sevilla se lleno de profesionales en paro que resacosos de la intensa vivencia de la Expo no eran capaces de retornar a su lugar de origen.

Un día me llamaron de una productora de televisión  para que trabajara de ayudante de realización en un programa de entrevistas que producía y presentaba Jesús Quintero. Se le quería dar un tamiz cinematográfico y trajeron  a Gonzalo Suárez  para que fuera el realizador. Allí le conocí. Corría el año 93…

Ayer Gonzalo se acordaba de mi, parecía imposible, pero así fue. Me hizo ilusión, pero a la vez sentí tristeza pues nos unía la sensación de haberlo pasado muy mal. No se olvidan los momentos difíciles. Y ayer, él,  me repitió varias veces que no sabía porque había sido tan terrible la experiencia, pero que lo había sido. Yo si lo se, fue por Jesús Quintero, «el Loco de la colina» hombre complicado y de terrible trato, sobre todo si te oponías a él,  a sus desmanes, injusticias y atropellos. Fueron meses difíciles en los que Gonzalo fumó mas puros de lo habitual y yo adelgacé tanto que no llegaba ni a 50 kilos.

Anoche pensaba que recordamos los trabajos donde hemos disfrutado tanto como los que hemos sufrido. Pero mi mensaje de hoy es que se puede hacer cosas maravillosas con respeto, educación y sensación de equipo. En contrapunto  del programa «En  la boca del lobo» (el de Quintero) , tuve ayer la Gala de los Feroz, donde no faltó el estrés, la presión y las horas de trabajo,  pero donde el equipo era estupendo y buscaba soluciones conjuntas.

Hay que trabajar,  y además se ha convertido en un privilegio tener trabajo, pero eso no tendría que significar ni miedo ni angustia. Admiro profundamente a los profesionales que son capaces de tener a su equipo contento y de exprimir al máximo sus capacidades con una sonrisa y buena educación. A los compañeros que se ayudan y protegen y en general  a todas las personas que en su entorno laboral son «personas» (redundo a propósito) y no agresivos tiburones que quieren demostrar su poder y control.

2 comentarios en “día 47

  1. Cómo te entiendo,querida compañera de fatigas y alegrías…Qué despreciables jefes que humillaban a sus profesionales en vez de sacar lo mejor de cada uno. Y cómo, a pesar de ellos, formábamos equipo transmitiéndonos todas nuestras energías y saberes y lográbamos la obra con la mayor dignidad, profesionslidad y compañerismo. Cuánta complicidad entre la mayoria del equipo a pesar de la miseria humana de unos pocos. Quedémonos con esos abrazos compartidos y miradas solidarias que repartimos por todos los paisajes maravillosos que fuimos recorriendo en forma de espectáculos para recreo y esparcimiento del gran público. Trabajamos repartiendo retazos de felicidad y placer entre la gente que ni siquiera conocemos. ¡Qué bonito, Mar!.
    Salud, brava mujer.

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