dia 46

Ya son pasadas las doce, es el cumple de Martina, 12  preciosos años y casi once a mi lado. Y  simplemente quiero escribir lo que un hombre socialmente comprometido  y bueno le regalo a mi hija el día que ya siendo mayor la bauticé, era el sacerdote y su palabras y reflexiones me habían  acompañado en la niñez y adolescencia.

Cuando de pequeños asistíamos a  a misa, nunca sabíamos si le detendrían al final. Sus homilías polémicas y que cuestionaban la represión existente le costaron temporadas en la cárcel. Recuerdo que una vez le rogué que me confesara, yo  tenía también 12 años y él me pidió que me sentara a su lado y me dijo- Pero Mar, que puedes haber echo tu de malo?- y yo le conté las cosillas en las que sentía que no había actuado bien: riñas con hermanos, no recoger la cama, una mentirijilla….y él me miro lleno de bondad y me hizo entender que lo verdaderamente malo es hacer daño a los demás , ser intransigente (entonces no sabía lo que era eso) y querer causar dolor . Me alejé de la Iglesia pero nunca de lo que me enseño este hombre y para no olvidar el sentido de luchar me tatúe un pez justo en el centro de mi corazón. Era el pez que adornaba el sagrario en esta humilde iglesia de barrio.

Y estés  el regalo que Carlos , el cura,  le hizo a Martina

Se llama : Te Deseo

Te deseo que ames y que, amando también seas amada.

Y que, de no se así, seas breve en olvidar.                                                                            Y que después de olvidar, no guardes rencores.

Te deso también que tengas amigos, que sean valientes y fieles,  y que por lo menos haya uno en los que puedas confiar sin dudar

Igualmente te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablementey que haciendo uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo que descubras, por encima y a pesar de todo que existen y que te rodean seres oprimidos tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo de paso que acaricies a un gato, alimentes a un pájaro, oigas a un jilguero o una sinfonía de Mozart porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla, por minúscula que sea y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.

Te deseo por fin que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo nada mas que desearte.

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