día 8

Los nombres son muy importantes…¿cuantas veces oímos nuestro nombre a lo largo de la vida?…

Siempre he estado agradecida a mi madre por ponerme Mar, su sonido corto lo siento como mi piel, adaptado a mi y  su música , eco de agua salada siempre me  ha dado alegrías.

Os voy a contar la historia por la que mi querida madre me puso este nombre:

» Al poco tiempo de casarse, mi madre quedó embarazada. Ella deseaba intensamente tener hijos pronto y que fuera una niña lo primero que viniera.

Mi padre era marino mercante, oficial maquinista y un día que embarcaba (estaba terminando las prácticas) mi madre hizo una promesa al mar. Si lo que tenía en su vientre era una niña , la llamaría Mar. Era un juramento importante ya que la madre de mi madre y la de mi padre se llamaban igual: Concepción. Y estaba más que claro que la primera Eguiluz Blanco que naciera en la familia se llamaría como las dos abuelas, era una feliz casualidad.

Nací del sexo femenino y ante el estupor de toda la familia, mi madre me puso Mar. Las suegra y la madre se enfadaron mucho.  No pudieron inscribirme en el registro civil con ese nombre porque en el 64 no estaban permitidos los nombres que no fueran de santos o santas (y repito era  en el registro civil…secuelas del Franquismo) y tuvo que ponerme María delante . Con lo cual en todos los documentos oficiales figuro como María del Mar, pero en casa todo el mundo me llama Mar.  Y yo agradezco a mi madre y al mar, ser una mujer.

Mucho tiempo antes de ver a Martina , su padre y yo ya teníamos decidido su nombre. Había venido de un recuerdo feliz en un teatro de la Rioja y además Mar esta dentro de Martina.Buscabamos como llamarla y un día  me llego, inmediatamente se lo pregunte a su padre, y no hubo duda. Y la fuimos llamando Martina, entre nosotros, en cartas, en deseos, en conversaciones, en sueños… , escribíamos como: «Germinal y Mar, esperando a Martina» y ni siquiera sabíamos cuando llegaría. Y cuando la vimos sentimos que no se podía llamar de otra forma. Varios meses después, ya en Barcelona fuimos a casa de una amiga de la familia que tenía una hija que se llamaba igual que la nuestra y la mujer me pregunto si sabía cuando era su Santo..y yo, la verdad es que lo ignoraba. Nunca olvidaré el momento en que colocando las tazas de café como si tal cosa me dijo: el 30 de Enero…Yo me quede sin habla y una lágrima gruesa de emoción contenida se escapo por mi mejilla…en el informe de mi nena ponía que había nacido el 30 de Enero.                      ¿Casualidad?…ponle el nombre que quieras , santo y día de nacimiento, ¿el real o de su nueva vida?. Y según se hace mayor cada vez estoy mas segura que ese nombre es para ella. Se va estirando según crece y la t que cruza la palabra por en medio es igual de recta que su espalda de princesa.

Los nombres son  continente del contenido de una persona….y la acompañaran por toda la vida.

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